El Distintivo “Equilibrio Trabajo – Familia”, es entregado a todas aquellas empresas de los...
Se llegó el gran día de unir corazones y esfuerzos para transformar vidas. Con enorme alegría, hoy compartimos que se logró apoyar a dos familias con la construcción de su vivienda. Un proyecto que nació del deseo de ayudar y que hoy se convierte en una realidad que ilumina el camino de quienes más lo necesitan.
La primera casa fue para la familia Lucas Cruz, ubicada en Ejido Morelos, La Valla, en San Juan del Río, quienes durante años habían soñado con un espacio propio donde ver crecer a sus pequeños. La segunda vivienda benefició a la familia Reséndiz Soria en Ejido del Carmen, comunidad La Fuente en Tequisquiapan, quienes también enfrentaban grandes dificultades para acceder a un hogar digno. Ambas familias compartían la misma ilusión: ofrecerle a sus hijos un lugar seguro donde construir un futuro mejor.
Este proyecto representa mucho más que paredes levantadas. Es la construcción de un nuevo comienzo, de un refugio para los sueños y de una esperanza que renace con fuerza. Para estas familias, recibir una casa significa la oportunidad de vivir con tranquilidad, de fortalecer su unión y de demostrarles a sus hijos que nunca deben dejar de creer en el mañana.
Los alumnos que se sumaron a esta experiencia vivieron una jornada transformadora. Entre risas, esfuerzo, solidaridad y trabajo en equipo, comprendieron el verdadero valor de ayudar y de apreciar todo lo que sus papás han puesto en sus manos. Sin duda, fue un día que dejó huella en cada corazón presente.
Hoy celebramos no solo las nuevas viviendas, sino el espíritu de empatía y servicio que impulsa a nuestra comunidad. Que estas dos familias encuentren en su nuevo hogar un espacio lleno de luz, amor y oportunidades. Y que cada alumno lleve consigo la certeza de que cuando se ayuda desde el corazón, se construyen historias que nunca se olvidan.
Prestigio Guerrero.
